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Este microlibro es un resumen / crítica original basada en el libro:
Disponible para: Lectura online, lectura en nuestras apps para iPhone/Android y envío por PDF/EPUB/MOBI a Amazon Kindle.
ISBN: 9782940631155
Editorial: Forum Publishing
“COVID-19: El gran reinicio” es una guía tan alarmante como ilusionadora. Dos ejecutivos del Foro Económico Mundial hicieron este análisis de la pandemia para aportar soluciones a temas tan diversos como la economía, lo social y el medioambiente. Entre tanta incertidumbre y tantos cambios, la solución parece lejana. Pero existe. ¡Descúbrela!
Sin importar quiénes sean o dónde se encuentren las personas, existen tres fuerzas seculares que influirán sobre ellas. Son estas las que determinan el mundo actual.
En este contexto se producirá el reinicio macro del planeta luego de la pandemia generada por el COVID-19.
Aquí están las tres, explicadas por Klaus Schwab y Thierry Malleret:
Para los dos autores, la situación económica actual es irreconocible si la comparan con tan solo unos años atrás.
En términos de velocidad, esta crisis no tiene equiparación. Sin embargo, podríamos utilizar el pasado para comprobar qué sirve y qué no en momentos como estos.
“La historia demuestra que las epidemias han sido las grandes reiniciadoras de la economía y el tejido social de los países”, sostienen Schwab y Malleret. Ambos estiman que esto también sucederá con el COVID-19.
De todos modos, la particularidad de esta pandemia es que no está claro si inclinará la balanza a favor del trabajo en lugar del capital. “Por razones políticas y sociales, podría ser así, pero la tecnología cambia las cosas”.
La incertidumbre es muy compleja y resulta difícil determinar con exactitud los riesgos que implica la situación actual. Aparecen los miedos y crece la ansiedad en la gente, lo que termina incidiendo en la economía.
En relación a esto y al dilema de si optar por preservar la salud de las personas o la economía, los dos especialistas tienen una opinión clara.
Coinciden en que “los gobiernos deben hacer todo lo que sea preciso y gastar lo que sea necesario en interés de nuestra salud y de nuestra riqueza colectiva para que la economía se recupere de manera sostenible”.
Además, citan a varios economistas que aducen que “si los gobiernos no salvan vidas, la gente que tiene miedo al virus no volverá a salir de compras, de viaje o a cenar. Esto dificultará la recuperación económica, con confinamiento o sin él”.
“La convulsión social desencadenada por el COVID-19 nos afectará durante años y, posiblemente, durante generaciones”, vaticinan tanto Schwab como Malleret.
En primer lugar, destacan que habrá una ola de duras críticas hacia los gobiernos y los responsables políticos por su accionar inadecuado durante la crisis.
Esto se notará, especialmente, en países económicamente fuertes. Los ciudadanos se preguntarán por qué sus políticos lo hicieron tan mal a pesar de los recursos destinados a medicina y ciencia.
También se profundizarán los problemas sociales que ya existían, como la pobreza, la desigualdad y la corrupción.
Los Estados que mejor lo están haciendo y que sufrirán menos a futuro, comparten algunas características:
Teniendo en cuenta todo esto, el reinicio social que vendrá con la pospandemia marcará el inicio de una redistribución masiva de la riqueza. Será en dos vertientes: de los ricos a los pobres, y del capital al trabajo.
Asimismo, los autores creen que este probablemente sea el final del neoliberalismo, una idea que favorece a la competencia en lugar de la solidaridad.
Schwab y Malleret explican que “el factor determinante de inestabilidad geopolítica es la progresiva renivelación de la balanza Occidente-Oriente a favor de este último, en una transición que genera tensiones y, en el proceso, también desorden mundial”.
En esta compleja situación avivada por los nacionalismos, es posible que vivamos un “déficit de orden mundial” si ninguna potencia logra imponer un orden.
Para que ello suceda, es necesario que la colaboración entre naciones aumente a escala global.
Aunque hay que destacar que la crisis del coronavirus no ha generado este problema, sino que la ha expuesto y, en todo caso, exacerbado.
Ejemplos sobran: Estados con economías basadas en el petróleo en descomposición, la acechante desintegración de la Unión Europea o una posible guerra entre Estados Unidos y China.
El nexo entre la pandemia y el medioambiente es muy estrecho. De hecho, la pandemia, el cambio climático y el colapso de los ecosistemas son los principales riesgos que tiene la sociedad en términos globales.
Para los autores, el COVID-19 nos ha anticipado las consecuencias que traerá la crisis climática si no hacemos nada para detenerla.
Estos tres factores comparten características en común, por lo que son comparables en cuanto a riesgos potenciales:
Sin embargo, también tienen disimilitudes entre sí:
En cuanto a las políticas a futuro, Schwab y Malleret explican que existen cuatro razones que podrían lograr que el mundo fuese más limpio y sostenible:
Si bien aún seguimos transitando la pandemia, los dos autores afirman que ya se pueden apreciar nuevas tendencias en cuanto a las industrias y las empresas.
Aquellas compañías que logren responder ágilmente a estos cambios serán las que saldrán más fuertes de esta crisis.
La aceleración de la digitalización es un ejemplo de esto. Antes de la pandemia, muchos CEOs sostenían que lo digital debía implementarse de forma determinada y era una condición necesaria para garantizar el éxito.
Hoy, esa idea se ha transformado en una obligación para sobrevivir.
Las razones son obvias. Durante el confinamiento necesitamos de internet para todo: trabajo, escolarización, compras y demás.
Para las empresas que ya trabajan de forma online, este fue un gran beneficio y una ventaja ante la competencia que no lo hacía.
Debido a este éxito, los autores creen que “es poco probable que retrocedan tendencias como la telemedicina o el teletrabajo” una vez que la pandemia pase.
Todas las industrias posibles del mundo se vieron aquejadas por la crisis, en especial por los confinamientos.
“Dichos efectos persisten y seguirán sintiéndose en los próximos años”, señalan los autores.
Esto hará que las empresas estén obligadas a adaptarse a las circunstancias y reinventarse en cualquier momento.
Viajes y vacaciones, bares y restaurantes, eventos deportivos, musicales y teatrales, museos y bibliotecas. Los negocios basados en la interacción social fueron los principales afectados por los confinamientos.
“No pueden tener lugar en el mundo virtual o, cuando pueden, solo en un formato incompleto y que a menudo está lejos de ser óptimo”, comentan tanto Schwab como Malleret.
Y serán los que más tardarán en estabilizarse hasta que todo se normalice. Se verán obligados a trabajar a menor capacidad durante mucho tiempo, recibiendo así dos golpes: el del virus y la disminución del consumo, y el de las reglamentaciones que limitan sus aforos.
Esta pandemia puede sacar lo mejor o lo peor de nosotros mismos, según advierten psicólogos.
En un primer momento, cuando todo comenzó allá por marzo de 2020, pareció que la gente se unió.
“Cuando toda la población se confinó en sus casas, hubo innumerables ejemplos de que, a consecuencia de ello, la gente no solo tenía más tiempo para los demás, sino que también parecía conducirse con más amabilidad”, relatan los autores.
Pero con el desarrollo de la pandemia, la incertidumbre reinante ante riesgos y problemas desconocidos prevaleció en la sociedad.
Schwab y Malleret explican que, “enfrentados a esta situación, es más probable que nos centremos en nosotros mismos en lugar de considerar las necesidades de los demás, como tiende a ocurrir con las catástrofes naturales repentinas”.
De todos modos, a diferencias de pandemias anteriores, en esta oportunidad tenemos una conciencia colectiva que nos puede ayudar a construir el futuro.
Sabemos que, sin mayor colaboración, no seremos capaces de enfrentar los desafíos globales que tenemos como colectivo.
A nivel individual, la pandemia acrecentó la epidemia de salud mental que ya existía. Tuvo un efecto destructor en esta área.
Depresión, estrés, ansiedad y adicciones relacionados al ámbito del hogar o laboral son algunas de las enfermedades que aquejan los tiempos modernos.
Recibir noticias negativas todo el tiempo durante el confinamiento tampoco ayudó a mejorar la situación. Enterarnos de muertes, contagios y recibir información con mucha carga emocional significó otro golpe a la salud mental.
“Todo esto alimentó una realidad que para muchos equivalía a una tragedia personal”, afirman los autores.
Además, se nos privó del compañerismo y las interacciones sociales, que son vitales para nuestra existencia. También tuvimos trastornos en ese sentido.
Y como si fuera poco, los confinamientos potenciaron la cantidad de casos de violencia familiar.
“Visto en estos términos, el coronavirus ha reforzado —no reiniciado— los problemas de salud mental”, agregan Schwab y Malleret. Aunque “con ello, ha aumentado la conciencia pública sobre la gravedad del problema”.
“En la era pospandemia, estos problemas podrán tener ahora la prioridad que merecen. Esto sería sin duda un reinicio vital”.
Para muchos, el tiempo de confinamiento fue importante para repensar sus vidas. Obligados a frenar, pudieron cuestionarse como nunca antes lo habían hecho y ver las cosas desde otra perspectiva.
“Las épocas de adversidad son a menudo buenos tiempos para la innovación: es sabido que la necesidad es la madre de la invención”, cuentan los autores.
Esto trae aparejado algunos cambios que Schwab y Malleret analizaron:
Klaus Schwab y Thierry Malleret, del Foro Económico Mundial, abarcaron todos los temas posibles para entender cómo nos está afectando el COVID-19.
Y, a pesar de lo difícil que resulta hacerlo ante la incertidumbre reinante, pudieron hacer un profundo análisis de lo que vendrá en el futuro próximo.
Trataron el reinicio macro, donde tomaron cuatro grandes temas: el reinicio económico, el social, el geopolítico y el ambiental.
También el micro, que afecta principalmente a las industrias y las empresas, con sus tendencias y aceleraciones.
Por último, hablaron del aspecto individual de las personas, que se vio tocado al igual que los otros apartados. La salud mental y las nuevas prioridades resultan claves para entender cómo estamos redefiniendo nuestra humanidad.
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Nacido en Alemania en 1932, trabajó como economista, profesor universitario y pedagogo. Schwab es famoso por haber formado el Foro Económico Mundial como una organización sin fines de lucro... (Lea mas)
Malleret ideó el Barómetro Mensual, un análisis predictivo proporcionado a inversores privados y líderes de opinión del mundo actual. También fundó la Red Global de Riesgo del Foro Económi... (Lea mas)
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